Capitulos:
12345
1 - Queridos míos, no se fíen de cualquier inspiración. Examinen los espíritus para ver si vienen de Dios, porque andan por el mundo muchos falsos profetas.
2 - ¿Quieren reconocer al espíritu de Dios? Todo espíritu que reconoce a Jesús como el Mesías que ha venido en la carne, habla de parte de Dios.
3 - En cambio, si un inspirado no reconoce a Jesús, ese espíritu no es de Dios; es el mismo espíritu del Anticristo. Han oído que vendría un anticristo; pues bien, ya está en el mundo.
4 - Ustedes, hijitos, son de Dios, y ya han logrado la victoria sobre esa gente, pues el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
5 - Ellos son del mundo, por eso su lenguaje es el del mundo, y el mundo los escucha.
6 - Nosotros, en cambio, somos de Dios; el que conoce a Dios nos escucha, pero el que no conoce a Dios no nos hace caso.par ab Así es como reconocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
7 - Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
8 - El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.
9 - Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él.
10 - En esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
11 - Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente.
12 - A Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor da todos sus frutos entre nosotros.
13 - Y ¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él en nosotros? Porque nos ha comunicado su Espíritu.
14 - Pero también nosotros hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo.
15 - Quien reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
16 - Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es amor: el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
17 - Cuando el amor alcanza en nosotros su perfección, miramos con confianza al día del juicio, porque ya somos en este mundo como es El.
18 - En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme no conoce el amor perfecto.
19 - Amemos, pues, ya que él nos amó primero.
20 - Si uno dice "Yo amo a Dios", y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
21 - Pues éste es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame también a su hermano.